ROSEWOOD VILLA MAGNA

EL HOTEL DE LAS ESTRELLAS

Durante años Julio Iglesias reservaba una planta entera, Mariah Carey quería que llenaran el penthouse de máquinas para hacer gimnasia, y Michael Bolton se hacía traer agua de las islas Fidji.

Ahora el renombrado arquitecto español Ramón de Arana ha sido el encargado de remodelar su llamativa fachada y acceso al edificio, todo un emblema del madrileño Paseo de la Castellana.

Uno de los ejes de la intervención ha consistido en aportar sensación de movimiento y ligereza, para lo cual se han diseñado unos cubos de latón envejecido con entrecalles de aluminio gris oscuro que crean un efecto de contraste y de volúmenes, lo que individualiza cada habitación. El alféizar que se encuentra dentro de cada cubo tiene una forma grecada, lo que contribuye a aumentar el efecto de luces y sombras.

Otro de los puntos a destacar es su nueva entrada al pie dando mayor importancia a la llegada del huésped a través de una escalinata de acceso al hotel situada en la parte principal del edificio que une el Paseo de la Castellana con el Porte Cochere, haciendo un guiño a la entrada del antiguo Palacio. Este acceso se encuentra rodeado por dos láminas negras de agua a modo de fuentes, de tal modo que reflejan la fachada y los árboles centenarios, un gran cedro y un algarrobo formando un interesante juego visual.

El paisajista Gregorio Marañón ha sido el encargado de la transformación y renovación de los jardines. Su proyecto ha creado nuevos espacios verdes que adoptan diferentes tonos cromáticos en las distintas estaciones del año, lo que incrementa la sensación de espacio vivo, dinámico y cambiante. El arquitecto y paisajista madrileño ha recuperado para el jardín de Rosewood Villa Magna algunos ejemplares centenarios del antiguo Palacio de Anglada.

El renovado jardín del Rosewood Villa Magna ha puesto en valor los amplios y privilegiados espacios verdes de los que goza el hotel en el corazón de Madrid. El resultado se plasma en árboles en hilera que evocan bosques, esplanadas de césped, pérgolas que terminan en esculturas, fuentes, miles de plantas ornamentales, paredes cubiertas de hiedra, setos de laurel y bosquetes que cambian de color.

En pleno paseo de la Castellana encontramos ahora espacios naturales al aire libre que crean en los visitantes una mayor sensación de bosque, potenciando los accesos peatonales al recinto a través de las zonas verdes y ajardinadas y hacen que el conjunto respire, ahora más que nunca, naturaleza y calidez.

La reforma ha aumentado de manera notable los ejemplares de árboles, arbustos y plantas con el objetivo de ganar frondosidad, crear mayores contrastes cromáticos y mejorar aspectos tanto funcionales como estéticos. De este modo, la diversidad de las especies permite que en invierno el jardín sea más permeable a la luz y en verano ofrezca mayor frescura y zonas de sombra.

Es en el otoño cuando el jardín alcanza su máximo esplendor a través de los árboles de hoja caduca de tonos rojizos, como el arce japonés.

En primavera, ganan protagonismo los cercis siliquastrum, árbol conocido como algarrobo loco o árbol del amor, una planta sumamente decorativa no solo por la forma de sus ramas, también por el contraste de sus numerosas flores de rosa intenso sobre la madera oscura. Plátanos, cedros, acacias, árboles de alcanfor, escalonias, bosquetes y setos de laurel forman ahora parte de un maravilloso jardín en el que una hilera de plataneros evoca al vecino Parque del Retiro. En la entrada, un cedro centenario de unos 30 metros de altura recibe al visitante junto al estanque de agua.

Las terrazas presentan un intenso color verde cargado de vegetación en los parterres, paredes de hiedra y otras especies trepadoras que cubren muros y zonas de separación.

Las habitaciones y suites de Rosewood Villa Magna respiran el aire de residencia privada que transmite todo el hotel, reflejando el estilo de las mejores casas palaciegas del elegante barrio de Salamanca, donde se ubica. Han sido renovadas siguiendo un estilo contemporáneo en una gama cromática que refleja los tonos de la ciudad. La mayoría de las estancias privadas gozan de amplios ventanales sobre el Paseo de la Castellana, una de las principales avenidas de Madrid, lo que las convierte en especialmente luminosas. Las habitaciones y suites de las plantas superiores destacan además por sus extraordinarias vistas a la ciudad.

Alberto Zapata para LEXQUISITE Mag

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