Cuatro vinos para cuatro quesos suizos.
Tête de Moine AOP y vino naranja
Un vino blanco fresco (ver imagen principal)
sería, en opinión de Raquel Sánchez Mancebo una recomendación demasiado obvia. La sumiller manchega, que ha sugerido estas armonías, nos tienta para ir un poquito más allá en atrevimiento, y dejarnos seducir por un Orange Wine o vino naranja, por ejemplo, de la variedad Macabeo.
Appenzeller® y vino de hielo o vermú
Los quesos aromáticos, intensos y especiados, incluso con ciertas notas picantes, como Appenzeller®, casan bien con un vino de hielo. Estos vinos, típicos de regiones de clima frío como Canadá, Austria o Alemania, se producen utilizando uvas congeladas, obteniendo como resultado un vino dulce y concentrado. También armoniza con un vermú.
Le Gruyère AOP y vino de Jerez
Le Gruyère AOP –que en 2022 se proclamó vencedor de los World Cheese Awards– es un queso de pasta dura, elaborado con el saber trasmitido de generación en generación desde 1115. Su sabor es intenso, con un delicioso toque a miel y nueces. Acompañarlos con un vino fortificado de Jerez, como, por ejemplo, un amontillado, con sus toques avellanados y su salinidad, es una combinación elegante y armónica.
Emmentaler AOP y Champagne
Emmentaler AOP, el gigante suizo con agujeros, es un queso en forma de gran rueda que destaca por su sabor, con un punto salado e intenso. Su cremosidad lleva a una botella de Champagne. Además, estos vinos dejan una boca limpia y fresca después de cada bocado de este queso graso.
Alberto Zapata para Lexquisite Magazine
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