LAURIN & KLEMENT SLAVIA TIPO B, HACE 120 AÑOS

LA HISTORIA DE ŠKODA MOTORSPORT EMPEZÓ ENTRE PARÍS Y BERLÍN

En 1925 la empresa industrial ŠKODA, con sede en Pilsen, se convirtió en socio estratégico de Laurin & Klement.

Haciendo uso de las nuevas posibilidades, los coches que a partir de entonces llevarían la marca ŠKODA exploraron nuevas fronteras técnicas, como por ejemplo un nuevo marco tubular central, suspensión independiente, o carrocerías aerodinámicamente avanzadas.

En enero de 1936, un ŠKODA POPULAR SPORT quedó en segundo lugar en su categoría en aquel extenuante Rally de Montecarlo de 4.000 kilómetros.

Pero esta historia empezó a escribirse antes cuando en 1895, en un pequeño taller de Mladá Boleslav (en Bohemia, entonces Imperio Austrohúngaro), dos visionarios llamados Václav Laurin y Václav Klement, que también compartían la pasión por las carreras, fundaban su Compañía con el compromiso de ofrecer bicicletas asequibles y de alta calidad. Al año de actividad la pareja daba empleo a 21 personas, y comercializaba cinco modelos distintos de bicicletas bajo la marca “SLAVIA”.

Tan solo cuatro años más tarde, el 18 de noviembre de 1899, la joven compañía presentó sus dos primeras motocicletas, la SLAVIA A y la SLAVIA B. Para mejorar el manejo y la estabilidad de las motocicletas se instaló el motor en la parte baja del marco. Este diseño es estándar hoy día, pero en la época el ingenio de Václav Laurin y la visión empresarial de Václav Klement les impulsaron al éxito.

Solo dos años más tarde las “bicicletas motorizadas” L&K celebraron su debut en competición en el mayor evento de la época, la carrera de París a Berlín pasando por Aquisgrán y Hanover. La ruta de 1.196 kilómetros suponía un reto mayúsculo para el hombre y la máquina. El piloto de fábrica Narcis Podsedníček empezó la carrera de tres días en representación de Laurin & Klement como uno de los diez participantes en las categorías de dos y tres ruedas.

La carrera pasaba principalmente por carreteras sin asfaltar o adoquinadas, y había clavos de herradura por todas partes, lo que provocaba numerosos pinchazos. Al final, solo 48 vehículos de un total de 110 alcanzaron la meta. Aunque en los días previos a la carrera Podsedníček era, en el mejor de los casos, un desconocido, fue el primero de su categoría en alcanzar Berlín a lomos de su motocicleta Laurin & Klement. Su victoria de categoría fue doblemente sorprendente porque nadie le estaba esperando cuando cruzó la meta a las tres de la mañana: la oficina de cronometraje estaba cerrada, y ninguno de los comisarios de la competición estaba de servicio.

La llegada de Podsedníček fue inicialmente confirmada por agentes de policía locales. Sin embargo, el organizador no reconoció los registros de los agentes, y en su lugar designó como ganadores a cuatro franceses al volante de triciclos De Dion-Bouton, dejando a Podsedníček tan solo como vencedor moral.

Sin embargo, estos logros le valieron, tanto a él como a Laurin & Klement, una gran atención internacional, e impulsaron la reputación de la joven marca que presentó su primer automóvil en 1905: un instante proverbial para el futuro del fabricante, que señalaba así su indiscutible compromiso con la competición. Cuando el coraje y la intrepidez se combinan con una brizna de locura, se sientan las bases para éxitos legendarios.

La motocicleta Laurin & Klement SLAVIA Tipo B

La compañía empezó a producir la Laurin & Klement SLAVIA B en 1899. En noviembre de 1899 la motocicleta Tipo B hizo su debut en el circuito de carreras de bicicletas de Praga-Bubny, junto a la Tipo A. La Tipo B montaba un motor de un solo cilindro refrigerado por aire con una potencia de 1,75 CV y una cilindrada de 240 cc, y la velocidad punta era de 40 km/h.

Como era típico de la época, la motocicleta no tenía caja de cambios: el motor impulsaba la rueda trasera de forma directa, mediante una correa plana de cuero. Los pilotos tenían que pedalear para iniciar el motor de arranque de cadena y el motor auxiliar. En 1904, Laurin & Klement produjo un total de 540 unidades de la SLAVIA B en Mladá Boleslav.Ç

En 1956, la histórica motocicleta recibió un honor especial: apareció en “Coche Vintage” (Dědeček Automobil), una película que ofrece una perspectiva sobre el “siglo de la automoción”. El guion se basaba en el libro epónimo de Adolf Branald.

El pequeño y eficiente Skoda 130 RS fue durante los ’70 el estandarte de la marca en los circuitos y rallyes de toda Europa.