INAUGURACIÓN EN MILÁN DE LA OBRA «MINOTAURO”
La obra es una expresión del dinamismo, la potencia y las emociones más profundas que el artista experimentó mientras conducía el Huracán EVO, retratadas a través de los poderosos rasgos del cuerpo de un hombre trazados por las yemas de los dedos de Paolo Troilo.

La pintura de Paolo Troilo, en constante evolución, utiliza la representación del cuerpo masculino como elemento definitorio y medio de comunicación. La obra, titulada «Minotauro», debe su nombre a la mezcla de emoción y significado que el artista experimentó al conocer el Lamborghini.

El artista rinde homenaje al Huracán EVO representando una fusión entre el hombre, el símbolo del toro de Automobili Lamborghini, y el concepto de mito expresado en la fuerza indomable – sobrenatural y casi animal – que desprende la figura del hombre pintada en los laterales del coche. La fuerza que transmiten los antebrazos y los puños cerrados en el capó delantero recuerdan a los cuernos de un toro.

Paolo Troilo nació en Taranto el 27 de marzo de 1972, hijo de Antonio y Lucia Troilo.

Su enorme talento era evidente incluso en los dibujos que hacía con siete años, una afición que su madre fomentaba cariñosamente dejando siempre hojas de papel y lápices por toda la casa.

Su padre, anestesista, pronto empezó a encargarle ilustraciones de anatomía patológica para mostrarlas en congresos médicos.

Paolo estudió en el Instituto Europeo de Diseño de Roma y posteriormente en la facultad de Artes y Arquitectura en la Universidad de Florencia, pero no llegó a terminar ninguno de estos estudios porque estaba deseando trabajar en publicidad. En 1997 se trasladó a Milán y comenzó su ilustre carrera en este sector.

Su camino del éxito comenzó en la prestigiosa agencia Saatchi & Saatchi, lo que le llevó a ser nombrado Mejor Director Creativo Italiano en 2007 con la entrega del Gran Premio del Club de Directores de Arte Italianos.

Si tuviéramos que poner una fecha al comienzo de su carrera artística, probablemente sería abril de 2005, cuando, mientras aún trabajaba en publicidad, decidió cambiar el dibujo por el noble arte de la pintura.

El día que empezó a reunir los materiales que necesitaba para dar ese salto, se olvidó de comprar pinceles. Este es el «error» que nos dio su técnica; la necesidad de expresarse a toda costa se convirtió en una virtud.

Por ello, comenzó a pintar con los dedos haciendo que esta técnica, junto con sus potentes significados metafóricos, le hiciera único.

En 2009 dejó la publicidad para enfocarse en su pasión por la pintura. En 2011 fue seleccionado para la 54ª Bienal de Venecia. En 2013 se convirtió en un artista independiente, desvinculandose de todas las galerías de arte que exponían sus obras para seguir su propio camino con la ayuda de patrocinadores.

Sus obras se han expuesto en Singapur, San Francisco, Estambul, Tel Aviv, Los Ángeles, Nueva York, Milán, Roma, Palermo y Florencia.

Vive y trabaja en Milán.

Alberto Zapata para LEXQUISITE Mag