CELEBRANDO EL 70 ANIVERSARIO
Exclusividad, diseño único y ADN 100% italiano, tanto en los coches del pasado como en la Nueva Era de Maserati…
El primer A6G 2000 se entregó hace 70 años, exactamente en febrero de 1951. Se bautizó así el modelo en homenaje a Alfieri Maserati (de ahí la letra A), indicando el número 6 el tipo de motor (6 cilindros en línea), y la letra G en referencia al hierro fundido (o «ghisa») con el que estaba hecho el bloque motor. El 2000 responde, como pueden suponer, a sus 2.000 cc de cilindrada. Y fue un excelente representante de la serie A6, en la que sustituyó al A6 1500.

La necesidad de aumentar la capacidad de potencia en respuesta a la tendencia que se generalizaba en el mercado italiano de exigir automóviles de mayor rendimiento, en parte por la mejora de las condiciones económicas del país, llevó a Maserati hasta el motor dos litros A6GCS con el que se aprovechaba al máximo el potencial del chasis del A6.
Fue (y es) un claro manifiesto del espíritu deportivo y la calidad de los coches Maserati.
El aumento de cilindrada, en comparación con el anterior A6, se logró gracias a un preciso trabajo de ingeniería tanto en el diámetro como en la carrera del motor de 6 cilindros en línea. El motor mejorado, con una cilindrada de 1.954,3 cc, alcanzó una potencia de entre 90 y 100 CV dependiendo de la configuración final, lo que permitía una velocidad máxima de 180 km/h.

El Salón del Automóvil de Turín de 1950 fue el escenario perfecto para la puesta de largo del A6G 2000, que Maserati presentó en dos versiones: un sedán dos puertas con cuatro plazas, firmado por Pininfarina, y un convertible diseñado por Pietro Frua. Dieciséis de estos coches se ensamblaron en 1950 y 1951, nueve con la carrocería de Pininfarina, más cinco descapotables y un coupé de Pietro Frua.
Alfredo Vignale solo produjo un automóvil, un A6G 2000 coupé bicolor con su característico estilo deportivo.
La tracción trasera, una caja de cambios de cuatro velocidades y marcha atrás, y un embrague monodisco montado en seco, completaban las características del nuevo A6G 2000, además de las suspensiones delanteras independientes y suspensiones traseras de eje rígido con ballestas. Las cuatro ruedas montaban frenos de tambor con control hidráulico, y las llantas de acero macizo o de radios completaban una combinación, cuidadosamente elegida, entre artesanía e innovación tecnológica. Un conjunto que hacía de este vehículo, fabricado para unos pocos, un icono del panorama automovilístico de la época.

La singularidad, la deportividad y el “made in Italy” son valores fundamentales del ADN de Maserati, que se mantienen vigentes en los nuevos modelos, y que caracterizarán los próximos años con soluciones tecnológicas de vanguardia.
Innovador por naturaleza, Maserati planifica su futuro manteniendo la fe en su pasado.