BREGUET O EL ARTE DEL GRABADO

MANOS A LA OBRA

Breguet es una de las pocas casas relojeras que ha integrado en sus procesos el grabado artístico tradicional. Esto le ha permitido aplicar un vasto abanico de técnicas en sus distintas colecciones.

Los grabadores de Breguet ejercen su arte en los talleres de la Manufactura, situada en el Valle de Joux (Suiza), con absoluto respeto a la tradición. A excepción de los microscopios binoculares, las herramientas y técnicas empleadas son las mismas que hace siglos. Los artesanos realizan decoraciones finamente detalladas sobre la platina o los puentes del movimiento, en el que a menudo se graba a mano la firma “Breguet”. En los modelos con masas oscilantes caladas, sus periferias están también grabadas con motivos ornamentales.

El proceso empieza fijando el componente a grabar en una base con cera o en un soporte desarrollado especialmente para ese componente. En función de la línea a diseñar, el grabador mueve la mano que sujeta el buril o gira el soporte manteniendo el buril fijo.

El grabador utiliza la técnica del tallado suave, que produce líneas finas y largas con un control de la profundidad que viene determinado por la presión ejercida. Esta técnica especializada, muy difícil de dominar, es tan singular que muy pocos artesanos la dominan en la actualidad.

El navío Royal Louis en el Tourbillon de Breguet

Crear una decoración en la superficie de los puentes representa un auténtico desafío, ya que por lo general los elementos del grabado continúan de un puente a otro. El diseño del navío francés Royal Louis, que ornamenta los puentes del Marine Tourbillon Équation Marchante 5887, es un ejemplo perfecto. El diseño, que se extiende sobre cuatro puentes distintos, cobra vida gracias a minuciosos detalles cincelados sobre cada uno de ellos. Se requiere un posicionamiento extremadamente preciso de las diferentes piezas, que se trabajan por separado, para que los trazos de la imagen se alineen perfectamente cuando los puentes se fijen al movimiento.

La Maison Breguet, fundada en 1775, encarna la excelencia relojera y forma parte del patrimonio cultural europeo. Sus creaciones han deleitado a las más grandes figuras de la historia. En sus célebres archivos están registrados todos los relojes vendidos desde finales del siglo XVIII. Hoy, los artesanos de la Manufactura siguen haciendo que los relojes Breguet sean obras de arte únicas, dignos herederos de su historia.

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Alberto Zapata para LEXQUISITE Mag