BODEGA TERRA REMOTA

LA JOYA ESCONDIDA.

Dentro del ya distante enclave que ocupa la DO Empordà en relación al resto de España, Terra Remota es un proyecto apartado, a pesar de su relativa proximidad a las principales vías de comunicación que conducen a Francia. Un paraje solitario, entre los pequeños pueblos de Capmany y Sant Climent Sescebes, cautivador por su apariencia de lejanía respecto al resto del mundo, justifican el apelativo con que Terra Remota ha bautizado a su proyecto.

Es una bodega nacida con una marcada sensibilidad hacia el territorio en que se asienta y que, en consecuencia, desarrolla una fuerte vocación de integración en este territorio. Estos conceptos son la espina dorsal de la filosofía de Terra Remota, y rigen las actuaciones de la bodega en todos los sentidos.

La propiedad es del matrimonio formado por Marc y Emma Bournazeau, de origen francés, pero con raíces españolas. En concreto, el abuelo de Emma Bournazeau era un catalán que partió a Francia tras la Guerra Civil, instalándose en la vecina Perpiñán. Terra Remota representa para esta familia y especialmente para Claude Florensa, padre de Emma- un retorno a la tierra de origen, la recuperación de una identidad perdida y, en definitiva, una vuelta al hogar que pone fin a la nostalgia propia de cualquier proceso de exilio.

El sueño de la familia comienza a hacerse realidad en 2000, cuando adquiere en el Empordà los terrenos que hoy ocupa Terra Remota. Tras la compra de la finca, los Bournazeau se percataron de la existencia de algunos viejos pies de cepa, que revelaban la antigua dedicación al cultivo de la vid en este lugar, abandonado como consecuencia del boom turístico que vivió él Empordà en los años 60. Este hecho contribuyó a afianzar su idea de dedicar la finca a la viticultura.

Para ello la experiencia de Marc Bournazeau fue decisiva y es que su vinculación con el negocio vitivinícola no es nueva. En efecto, Marc Bournazeau ha liderado otras dos bodegas, una de ellas en su país de origen, Francia (Château Saint-Roch) y otra en Chile (Bodega Las Niñas). Este hecho tendrá una trascendencia decisiva en la configuración del proyecto y del estilo de los vinos de Terra Remota.

Los criterios que rigen las labores técnicas en Terra Remota se pueden resumir en 3 conceptos: calidad, respeto hacia la materia prima y personalización.

Obtener vinos de calidad es el objetivo de Terra Remota, razón por la cual la bodega procura aislar al máximo la uva de mayor calidad a lo largo de todo el proceso, desde la viña hasta la crianza de los vinos.

Por otra parte, convencidos de que cuanto mejor es la materia prima, menor debe ser la intervención en los procesos de elaboración y crianza, Terra Remota apuesta por la mínima intervención sobre la uva, y así reduce al mínimo cuántos procesos puedan «dañarla», para respetar al máximo su calidad original.

Alberto Zapata para LEXQUISITE Mag

TERRA REMOTA · INSTAGRAM